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Fernanda Vallejos, diputada nacional por Unidad Ciudadana, indicó que el próximo martes a las 11 de la mañana los diputados convocaron a una sesión especial para “tratar el rechazo y el repudio al acuerdo con el FMI” y también incorporaron un proyecto “de protección del fondo de garantía de sustentabilidad”.
“Conocimos que en el marco del acuerdo con el fondo monetario, el gobierno piensa también avanzar en el saqueo del fondo de garantía de sustentabilidad, que tanto nos costó recuperar”, señaló.
La economista se refirió, en diálogo con , a la designación de Luis Caputo al frente del Banco Central de la República Argentina y sostuvo que no le “ofrece ninguna tranquilidad”, porque “parece responder más a los intereses de la banca internacional de la que proviene que al interés común de la Nación Argentina”.
Consideró que en los últimos meses hay “un severo deterioro de las condiciones de vida de vastísimos sectores de la población argentina”, que implica que “la gravedad de la situación” trasciende las discusiones sobre política cambiaria y “los grandes números” y pasa “a meterse adentro de cada una de las casas de las familias de los argentinos que la están pasando muy mal”.
-Presentó un proyecto para repudiar el acuerdo con el FMI, ¿Cuándo se va a tratar y con qué apoyo cuenta?
-Pedimos una sesión especial para el próximo martes a las 11 de la mañana y vamos a tratar el rechazo y el repudio al acuerdo con el FMI a través de un proyecto que presenté el 14 de junio con diputados del bloque; y hay otros proyectos presentados en este sentido. También presenté el 8 de mayo un proyecto exigiendo que se dé tratamiento de este acuerdo en materia de deuda respetando lo que es la prescripción constitucional a través del Congreso de la Nación. Y hemos incorporado un proyecto de protección del fondo de garantía de sustentabilidad, del fondo de los jubilados y los trabajadores, porque conocimos que en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario, el gobierno piensa también avanzar en el saqueo de ese fondo de garantía de sustentabilidad, que tanto nos costó recuperar. Se trata nada más y nada menos que de los recursos acumulados de la seguridad social que en algún momento estuvieron y pudimos arrancar de las fauces de las AFJP durante el menemismo. Que hoy el gobierno esté pretendiendo devolverle a las empresas carroñeras que ya lucraron en aquellos años con los fondos de los trabajadores y los jubilados, y que pretendan dar marcha atrás y volverles a dar los recursos que son de todos los argentinos, me parece una aberración y vamos a hacer todo el esfuerzo que esté a nuestro alcance. Esperamos contar con el acompañamiento de todos los bloques de la oposición para que podamos construir nuevamente una unidad en los hechos para dar una respuesta a los argentinos. Esto no es un capricho de los diputados sino que es una demanda de la sociedad, todos los sondeos están dando cuenta del altísimo nivel de rechazo, del orden del 80%, a este acuerdo; que este gobierno está llevando adelante a espaldas de los argentinos y de las instituciones democráticas.
-¿Qué cambia con la llegada de Caputo al Banco Central?
-A lo largo de estos años al frente de la cartera de Finanzas, lo que ha quedado claro es que parece responder más a los intereses de la banca internacional de la que proviene que al interés común de la Nación Argentina; con lo cual encontrarlo al frente de la autoridad monetaria no me ofrece ninguna tranquilidad. Tampoco pareciera estar ofreciendo tranquilidad a los mercados, como ellos suelen decir, porque lo que estamos viendo en el frente externo de la economía es una situación crítica que nada se ha alterado después de su nombramiento tras el alejamiento de Sturzenegger, que había dado sobradas muestras de impericia y de mala praxis al frente del Banco Central. Pero el nombramiento de Caputo no es para nada feliz, por lo menos para la enorme mayoría de los argentinos. Luego de ser nombrado colocó como segundo suyo al frente del Banco Central a una persona del Deutsche Bank de donde proviene, además de ser un hombre de la banca JP Morgan.
-¿Cree que el gobierno deja correr al dólar a propósito o es algo que no está pudiendo manejar?
-Me parece que son las dos cosas. Por un lado el gobierno encuentra funcional en muchísimos aspectos esta devaluación. Ayer hacía una cuenta sencilla que tiene que ver con el salario mínimo de los argentinos medido en dólares desde el 10 de diciembre del 2015, donde los trabajadores perdieron 239 dólares desde que Macri asumió; por efecto de la devaluación exclusivamente, que se come la miserable variación nominal que tuvieron los salarios. En algunos planos resulta funcional porque para Macri, como buen empresario que mira el mercado externo, los salarios de los argentinos son sencillamente un costo; pero se olvida que siendo presidente de la Nación debería modificar esa percepción, porque el salario hace que funcione o no la economía de un país. Después lo que hemos visto con asombro en estas últimas semanas desde abril cuando comenzó la corrida, son intervenciones erráticas de la autoridad monetaria que ha logrado superar un dilema clásico de los economistas que tiene que ver con devaluar o perder reservas. Y la autoridad monetaria salió de ese laberinto haciendo las dos cosas: devaluando brutalmente y perdiendo una enorme cantidad de reservas; y esa pérdida no deja de ser una venta de dólares a precio subsidiado a los grandes jugadores que se los han llevado. Recordemos que la corrida comenzó cuando el JP Morgan decide desarmar sus posiciones en pesos y retirar del mercado doméstico 1.500 millones de dólares; hoy es un hombre del JP Morgan el que está al frente de la autoridad monetaria.
-¿Que opina de la decisión de usar los 7.500 millones de dólares que vienen del FMI para contener el dólar?
-El gobierno tiene un enorme desbalance externo que no lo pueden solucionar ni con los 50.000 millones si vinieran todos juntos, porque sabemos que se van a liberar 15.000 millones y el resto de los desembolsos quedan sujetos, como todos los préstamos stand by del FMI, al cumplimiento de las metas y a la supervisión del fondo monetario, con lo cual muchas veces esos desembolsos ni siquiera se hacen efectivos. Pero lo cierto es que la Argentina tiene compromisos en materia de deuda, entre capital e intereses de aquí a que termine el mandato de Macri en 2019, más de 50.000 millones de dólares. Y también estimamos, por la proyección que podemos hacer en materia de fuga de capitales, por el déficit comercial que la pésima política comercial de Cambiemos ha instalado en Argentina, por la balanza turística que es deficitaria también, más lo que giran al exterior las empresas multinacionales en materia de remesas; estimamos una salida en el mismo período, hasta que se vaya Macri, de alrededor de 50.000 millones de dólares. Ese desbalance externo no se soluciona con este acuerdo con el FMI y no está claro cómo piensa el gobierno responder. Por eso vuelvo a la pregunta anterior y parece tener algún sentido la brusca devaluación de estos días, porque el gobierno está absolutamente perdido al diseñar un programa de política económica tan inconsistente como el que viene llevando adelante ha trazado su propio círculo de baba y no sabe cómo salir de ese lugar. Más allá de que es una barbaridad de que se tome deuda con el Fondo Monetario Internacional y se anuncie alegremente que se piensa con eso financiar la fuga de capitales. Más allá de que se liberaron esos 7.500 millones para financiar fuga de capitales, eso no soluciona nada, el año pasado se fugaron 22.000 millones y este año vamos camino a superar largamente ese récord y probablemente pase lo mismo en el 2019. Son todos manotazos de ahogado, anuncios que buscan, entre comillas, llevar algún grado de tranquilidad; pero hasta aquí el único objetivo que parece cumplir el acuerdo con el fondo es operar como una especie de seguro contra default para con los acreedores de la deuda. El resto de los frentes de la economía argentina están absolutamente abiertos y parecen ser tierra de nadie, porque el gobierno insiste en una serie de inconsistencias que son las que sellaron la crisis cambiaria y económica que hoy estamos sufriendo.
-¿Cómo cree que va a ser el escenario económico para lo que queda de este año y el que viene?
-Complicado, porque lo que venimos viendo de hace un tiempo, pero con muchísima más profundidad en los últimos meses, es un severo deterioro de las condiciones de vida y las condiciones sociales de vastísimos sectores de la población argentina. Con lo cual la gravedad de la situación trasciende lo que tiene que ver con el frente externo, con la situación cambiaria de la economía, los grandes números y pasa a meterse adentro de cada una de las casas de las familias de los argentinos que la están pasando muy mal. Además recordemos que venimos del veto presidencial, en una muestra más de la profunda insensibilidad que caracteriza a este gobierno y al presidente, de la ley que buscaba ponerle un freno a esta política irracional en materia de tarifas que estamos sufriendo los argentinos y que impacta fuertemente en la inflación. Y esta devaluación a la que el gobierno nos viene sometiendo implica para el argentino de pie, para el laburante, para el jubilado, una agudización de la inflación, que lo que hace es seguir comiéndose el bolsillo de las familias. El informe que publicó la Universidad Católica Argentina, lo cito no por la institución sino porque el gobierno y quienes eran oposición han rescatado históricamente y sin embargo se han ocupado de ocultarlo, da cuenta de la profundización de la pobreza y el deterioro de las condiciones de vida en la Argentina desde que asumió Macri. La situación es sumamente preocupante tanto para lo que queda de este año y el que viene, y más en el contexto de un acuerdo con el FMI que obliga a un ajuste que es brutal en todos los planos de la economía. Uno lo ve al gobierno bastante desorientado y falto de respuesta frente a esta situación.